28.08.2017

Vuelta al colegio: Por qué es importante una buena hidratación del aire

Cuando la humedad del aire es adecuada, permite que el cuerpo y la mente trabajen en tandem juntos para superar desafíos que amenazan la salud y la productividad. Además, una humedad del 40-60%RH crea un ambiente óptimo para la vida y el trabajo de los seres humanos. Cuando la humedad es baja, el ambiente demasiado seco se convierte en un caldo de cultivo para el polvo y contaminantes, además de generar inconvenientes por causar irritación en la piel y el cabello y la disminución de la concentración mental. Los ambientes excesivamente húmedos promueven nuevas amenazas, porque favorecen el crecimiento de esporas de hongos y bacterias, produciendo reacciones alérgicas y problemas respiratorios, que también deterioran el rendimiento mental. Veamos más de cerca la razón por la cual una hidratación suficiente y equilibrada hidratación del  aire es importante en ambientes tales como centros educativos.

Prevención de enfermedades

Las bacterias y esporas patógenas aéreas prosperan en condiciones ambientales excesivamente húmedas y excesivamente secas y aire, y ambos extremos del espectro favorecen la proliferación de hongos, esporas de moho, ácaros, influenza y otros riesgos para la salud. El aire humidificado apropiadamente entre 40-60% HR es suficientemente equilibrado como para no ser tan sensible a estas amenazas a la salud para los seres humanos y los animales.

Permite que las partículas en suspensión y las bacterias sean capturadas y se precipiten, quedando así el aire puro, limpio y libre de contaminantes de manera que se logra, efectivamente, un espacio de aprendizaje hipoalergénico. Además, desalienta el crecimiento de virus dañinos e infecciones micóticas. Habrá menos casos de dolor de garganta, tos y sensibilidad ocular en ese ambiente. Como resultado, las instalaciones educativas con un ambiente bien hidratado mediante un sistema controlado y regulado experimentarán muchos beneficios. Habrá un importante descenso del ausentismo,  menos reacciones alérgicas y un mayor enfoque mental de los estudiantes, quienes no se verán aquejados por resfriados, gripe y otras enfermedades.

Reforzar la concentración y la productividad

En un ambiente de aprendizaje suficientemente húmedo, los seres humanos pueden introducir más eficientemente el oxígeno a sus sistemas y transferirlo a su torrente sanguíneo. Esto ayuda a mantener el cerebro activo y completamente funcional; es semejante a mantener la bisagra de una puerta bien aceitada. Con este estímulo de la mente para ser mejor aprovechada, los estudiantes y el personal pueden concentrarse con más facilidad y enfocarse en el currículo y las tareas. Como resultado, pueden estudiar y producir un trabajo de mayor calidad en un plazo de tiempo más corto.

Es muy común que se produzca una disminución en la productividad en un establecimiento escolar cuando se usa aire acondicionado en verano y calefacción en invierno,  sin suficiente hidratación y humidificación. Por ello, introducir un sistema capaz de contrarrestar los efectos nocivos de los sistemas de control de temperatura, resulta beneficioso tanto para la mente como para el cuerpo.

Mayor comodidad

Huelga decir que los estudiantes necesitan estar cómodos y relajados con el fin de disponerse para su trabajo, y cuando no hay suficiente humedad, se pueden esperar muchos efectos nocivos que repercuten en el rendimiento y la productividad. Se producen diversas formas de irritación de la piel a través de grietas, descamación, picazón, erupciones e incluso reacciones alérgicas, en las personas más sensibles.

Además, el cuero cabelludo y el cabello pueden dañarse en forma de puntas abiertas, caspa y resequedad. Una gestión de humidificación precisa, impide que se presenten estos síntomas, y además protege contra infecciones de los senos paranasales, así como la deshidratación. Esto culmina en un ambiente de aprendizaje óptimo, libre de agentes perjudiciales para la concentración, lo cual se logra mediante un mayor confort en una atmósfera controlada.

Más eficaz que abrir una ventana

Cuando dejamos entrar el aire fresco desde el exterior dentro de un ambiente interior, disminuye la humedad interior. Además, en general la humedad relativa se reduce debido a la pérdida de humedad cuando las bajas temperaturas exteriores entran y en el interior son climatizados. Por ejemplo: si la temperatura exterior es de 0 °C y 50% HR y el aire entra en el interior y se calienta a 70°F, la humedad residual después de calentar el aire exterior sólo será aproximadamente 3% RH. Incluso en un día al aire libre con 35°F y 50% HR , la HR residual interior será de sólo 14%. Según estos datos, vemos que un nivel de hidratación interior controlado con precisión mediante una humidificación regulada y uniforme es infinitamente más eficiente y fiable.

Utilizando un higrómetro o humidistato, los niveles de HR pueden ser mantenidos en un nivel óptio entre 40-60%  con el mínimo esfuerzo. En términos sencillos, al abrir una ventana cualquier espacio interior se hará propenso a niveles de humedad incontrolable, conduciendo a una irregularidad y niveles dañinos de hidratación, mientras que en ambientes interiores con control de humidificacion, será más fácil permanecer cómodos, mentalmente centrados.

Las instalaciones educativas de hoy están cambiando a fin de complementar mejor las experiencias de aprendizaje de los estudiantes, y la implementación de un sistema de control preciso de la humidificación es un componente clave de este proceso. Teniendo presentes los muchos beneficios y comparando con métodos tradicionales como ventilar abriendo las ventanas, es claro por qué cada vez más se adoptan estos sistemas en las escuelas de hoy.




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